Cuando uno llega a este increíble sitio arqueológico,del cual se lleva recuperado sólo el veinticinco por ciento de lo que era en su época de esplendor, no puede dejar de pensar que habría ocurrido con esta magnífica civilización, hasta donde podría haber llegado su desarrollo sin la llegada de los españoles.
Esto no lo vamos a saber nunca, pero lo que sí podemos saber es la historia contada por los descendientes de esta cultura, una historia plagada de injusticias, de ausencia de derechos, con una larga trayectoria de luchas para recuperar sus tierras. Desde hace apenas cuatro años la
Comunidad India Quilmes, integrantes de la Nación Diaguita en ejercicio de sus derechos tomaron posesión de su Ciudad Sagrada el día 9/01/2008, permitiendo el acceso al visitante y mostrándole la ciudad con sus propios guías.
Se cree que en su época de esplendor este pueblo llegó a tener una población 55.000 personas.
Su organización social estaba basada en el sistema de
ayllus, con cacicazgos menores que respondían a un cacicarzo general. En caso de un enemigo común todos los caciques se confederaban. Se estima que los Quilmes comprendían 11 pueblos.
El cacicazgo era hereditario, por hijos o hermanos. El hacha de cobre o de piedra llamados TOKIS, eran los distintivos de poder de los casiques, y su autoridad era absoluta.
La ciudad estaba organizada en diferentes estratos sociales, en la zona más alta de la ciudad vivía el casique con sus familiares, más abajo los sacerdotes y maestros, luego los artesanos y por último los camesinos y pastores.
Los Diaguitas y Calchaquies hablaban el mismo idioma el kakán, que se habló hasta fines del siglo XVII. Se cree, era muy difícil de hablar por ser una lengua gutural.
Las viviendad eran de piedras, con techos de paja y barro, eran construcciones rectangulares, y en ellas residían una o más familias, tenían también casas comunales donde realizaban reuniones, asambleas y ceremonias religiosas o festivas.
Los centros ceremoniales estaban ubicados en las zonas altas.
Desde tiempos inmemoriales esta Ciudad ubicada en los hermosos Valles Calchaquíes fue el centro de desarrollo social y cultural del pueblo de Quilmes, en el arte, la medicina, la alimentación, la astrología, la arquitectura, y sobre todo su cosmovisión o espiritualidad. De ellos debemos aprender el respeto a la Madre Tierra y la convivencia armónica con la naturaleza, y sentir admiración por un pueblo que es es símbolo de resistencia y lucha por sus derechos territoriales.